Muchos dirán, que siempre lo han dicho con diferentes palabras.
Que somos el futuro del país y que en nuestras manos esta el destino del mismo, lo dijo Jaime Garzón antes de que lo mataran, «si nosotros no nos apersonamos de nuestro país y hacemos algo para que cambie, nadie lo va a hacer por nosotros», ahora mas de veinte años después; el Papa Francisco con su investidura de máximo jerarca de la iglesia católica y jefe de estado. Se dirige de nuevo a los jóvenes, de manera contundente:
«No se dejen robar la alegría, no se dejen robar la esperanza», » Que las dificultades no los opriman, que la violencia no los derrumbe». Mensajes que en definitiva toman valor y revindican el papel que siempre nos han dicho que tomemos dentro de la sociedad. Somos capaces de lograr hacer temblar a los poderes establecidos, con el hecho de unirnos y no desfallecer en la misión de hacer valer nuestro derecho constitucional de participar en la construcción de nuestro país.
El orden establecido pretende sin darnos cuenta robarnos la alegría y la esperanza, instaurando sistemas menos equitativos en donde se benefician unos pocos; con la invitación que nos hace el Papa, de no tener miedo al futuro y de el atreverse a soñar en grande, nos hace pensar en la posibilidad de promover grandes reformar a esta sociedad desigual, a cuestionarlo todo y velar por el cambio, por la vía del pensamiento altruista y las acciones pacificas. «No tengan vuelo rastrero», somos una multitud de inteligencias múltiples que unidos somos una gran fortaleza que si deja atrás la herencia negativa de nuestros padre en cuanto al ser egoístas, envidiosos, facilistas e indisciplinados; lograremos lo que infinidad de generaciones no han podido: Plantear unas políticas sociales guiadas al beneficio de todos, en donde la cultura, la educación y la ciencia, sean los tesoros mas preciados de una nación, propender por el fortalecimiento de valores esenciales como la tolerancia, la solidaridad y el respeto.
A pesar de que el Papa Francisco representa los intereses de una «empresa», llamada Iglesia y que su carisma como elocuencia estén guiadas a rescatar creyentes para mantener las arcas del Vaticano y sus sucursales por todo el mundo, fue una visita que tuvo eco en este país, en donde están ocurriendo sucesos históricos importantes y la cultura del descontento, el cuestionamiento y la rebeldía con causa, estar tomando auge. Solo hay que ser menos indiferentes, leer mas y estar informados, ver mas alla de lo que se nos muestra… «Volar alto y soñar en grande»
Christian Castiblanco Baquero.