Como pendejo miraba los horrores de la guerra
en el artefacto inanimado que paria imágenes superfluas
mientras tanto nadaba en momentos cotidianos;
Sin saber que mientras hoy aquí tranquilo miraba Tv
a unos kilómetros niños eran inmolados
Odio y palabras putrefactas
cundían el aire, tras las noticias.
Aquella tempestad, de que todos hablaban
nunca llego con sus aires oliendo a plomo y carne quemada
ni con los truenos de los cilindros bomba
ni los vendavales de desolación tras la masacre.
Me enseñaron a odiar a los rebeldes
sin saber de sus causas;
la tempestad que traían no solo era de su autoría
en su voz macabra también había susurros del estado
de despiadados capitalistas e intereses malsanos de muchos.
Y esa tempestad que nunca vino, quedo impresa en letras de sangre
en las páginas de historia que viste a la Colombia y que todos sin remedio mantenemos en nuestras efìmeras memorias.
Christian Casbaker, Todos los derechos reservados, 2017
» Masacre en Colombia», Fernando Botero