Los de los días iguales…
tras amanecer la sensación es la misma
cegados por el hedor de la rutina…
no nos damos cuenta que este hecho es un milagro
es una acto de rebeldía, ante la asechante muerte…
y decimos que los días son iguales…
oh…tenemos los sentidos funcionando
dándonos cuenta que existe algo…
algo empapado de amor y odio,
vestido de luna, sentellante de estrellas
adornado de montañas y calzado por los ríos
todo vive en eterna armonía
y decimos que los días son iguales.
apenas asoma el sol acariciando
los rostros triunfantes…
de aquellos que tienen una obra importante por hacer
y los de los días iguales yacen anhelando que la noche no termine…
en este instante mágico y fascinante
para los avidos noctámbulos,
es el refugio cobarde…de los de los días iguales, que quieren dormitar por siempre…
y en sus últimos días, cuando este deseo se les va a cumplir, seguramente…
añoran que en su existencia no hubiera habido noches y descubren que los días nunca fueron iguales…
Christian Casbaker, 2015