En ruinas, el sistema educativo en Latinoamérica.

Comencemos está humilde sátira al sistema educativo Latinoamericano, con una frase del polimata inglés Herbert Spencer, que encontré grabada en unos escombros tirados en un costado de la calle, mientras montaba en mi bici Eastman.

«El objeto de la educación es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos, y no para ser gobernados por los demás»

No es de extrañar que me identifique con esta frase ya que en nuestro país el sistema educativo está literalmente en ruinas y mandado a recojer, aún me pregunto de que sirvió ser tan aplicado en el colegio. Si en la vida real, eso no influye mucho. Nos programaron para ser parte de un sistema que forma vasallos calificados y que no deja pensar, más allá de lo que sus empleadores le permiten. En general el sistema Educativo en Latinoamérica y en muchos países, está diseñado para formar las masas a lo que quieren los que gobiernan, con el único fin de mantener a salvó sus intereses.

La mayoría de las veces aquel que era el vago del salón, hoy tiene más dinero que tú o simplemente sigue una vida dentro de los parámetros normales, sin que sus pésimas calificaciones en el pasado hallan repercutido en su vida actual. Y en cambio los que fuimos juiciosos y aplicados, al ver esta verdad varios decidimos aprender lo que no nos enseñaron en el colegio: a gobernarnos a nosotros mismos, inteligencia emocional, cultivar las habilidades y los gustos como parte esencial de nuestras vidas y no por hobbie.

Es duro al principio porque es un acto de rebeldía ante lo establecido y las empresas te reseñan como una cosa rara, un individuo peligroso, «una amenaza para los intereses de la compañía». Pero al fin cuando consigues vivir de lo que amas hacer, es la mejor retribución por los tiempos difíciles y ya no te dejas amilanar por las asechanzas de los poderosos.

En definitiva aunque estemos rodeados de personas programadas que van como becerros ciegos hacia el matadero, aunque el consumismo lo inunde todo; somos esperanza en este falso paraíso de artificial felicidad, para que en un futuro se pueda construir un sistema educativo más humano.