Ser Humano, una criatura particular. Un ser viviente de gran complejidad biológica. Que solo se diferencia de las demás criaturas por el habla y su INTELIGENCIA… quizás. A pesar de todo eso actúa de manera destructiva y contradictoria, porque la naturaleza de la que proviene esta alejada de su pensamiento actual, el cual llama civilizado.
Ser, ser Humano va mas allá de los estándares establecidos por el mismo, es el ser consiente de su condición efímera, de lo limitado de su saber, pues a pesar de su capacidad cognitiva nunca se llega a saberlo todo, su mismo origen se sustenta en la bondad y perfección de un ciclo vital, la humildad de respetar su entorno y reconocer que cada ser vivo tiene un papel sobre el planeta y no debe estar sujeto a su voluntad, porque en realidad cada criatura es superior al hombre en cuanto a su inocencia y perfecta sinergia con la naturaleza.
Todos tienen en común su Creador y es ilógico pensar que unos fueron creados para subyugar a otros, porque el orden natural es convivir procurando mantener intacto el origen que sustenta el equilibrio de la vida, porque lo importante no es las creencias de los hombres sino el fin universal de su existencia, el camino marcado por cada ser humano esta sustentado en el principio de la vida y del buen obrar, que coincide con la sabiduría de antaño consignada y dicha por hombres sabios que se dieron cuenta de su condición mínima ante la inmensidad del Universo, pero que engrana con un gran sistema creado para crecer, renovarse y existir eternamente, donde cada pieza por pequeña que sea es importante. Cada estrella en el cosmos tiene su fin, cada gota de agua existe para formar mares, cada criatura tiene un papel en el habita en el que existe y ¿nosotros?, ¿que papel tenemos?… coexistir y preservar, somos en esencia los encargados de este gran planeta.
Todo esto coincide con lo dicho por un gran maestro hebreo llamado Jesucristo, que en sus evangelios sintetiza como debe ser el obrar de los seres humanos para que vuelvan a su original perfección, para que retomen el papel que se les encomendó y al fin entiendan como se ha dicho infinidad de veces en distintas épocas y culturas, que para ser un ser humano hay que amar a los «demás» como así mismo, actuar y vivir con amor…es el único secreto de la felicidad y es lo que le da sentido a nuestra magnifica existencia.
Y «demás» no solo se refiere a sus semejantes, sino también al resto de seres vivos con los que se comparte esta magnifico esferoide oblato suspendido en la aparente nada, reconocer que todos dependemos de todos, hasta de la mas minúscula criatura es el hombre dependiente para mantener su existencia biológica, mas aun de esos silencios que susurran al alma, los cuales viajan en los elementos existentes, de estos depende nuestra condición que va mas allá de lo terreno, esa esencia que en realidad nos hace «ser seres espirituales viviendo una experiencia terrenal», que debe ser la mejor y la que permita que el ciclo de vida siga su curso y no se siga edificando ese laberinto de contradicciones, y errores sin remediar que solo están llevando a la destrucción segura.
Christian Casbaker, 2019
Letrologías Ediciones Digitales 