Ecos de Ocaso, susurros entre las montañas., traídos por el aire anochecido.
Distantes pensamientos desnudan inquietudes,
utopías ciertas que retan lo real
que el hombre contra hombre sepultan su real misión.
Ser uno por un todo y servir sin miramientos, ni segundas intenciones.
Ecos de Ocaso que traen clamores ahogados como bandada de pájaros sin rumbo,
mientras el fusilanime hipócrita se jacta de las migajas que caen de la mesa,
esa mesa sostenida por cuerpos escuálidos que gritan justicia en su muda ignorancia.
Y la oscuridad cae trayendo las mismas inquietudes.
Que será del mañana si el hoy es incierto?
Christian Casbaker
Bella y lúcida prosa!
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