Poesía y Resistencia: Carteles y arengas poéticas

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DAVID DÍAZ ARCOS, GENTILEZA AGENCIA BLOOMBERG

Seguimos proclamando desde las letras este descontento generalizado, que nos une en una sola voz de distintos matices que solo quieren un mundo mejor en justicia social, paz y oportunidad para todos. La poeta colombiana Francy Liliana Díaz Rozo, hizo el llamado en una iniciativa llamada Poerolazo que trascendió fronteras y trajo aires de otros hemisferios que coincidían en estar vestidos de lucha, descontento e ilusión por resistir en una rebelión con una magistral causa,

Bienvenid@s de nuevo al deleite literario:

Se queda el frío sobre las hojas de afeitar.

Quedan los chivos, los corderos, los sobrevivientes que siguen con la frustración de siempre.

La muerte es un puñado de costales atesados, un naufragio de brazos entre cartón podrido.

Los amados no escucharon los quejidos de las corvas.

Fragmentarse el cráneo, el esternón que duele todavía.

Nada de lo que digan lograra mitigar los golpes sufridos de la carne,

la deuda inmemorial del homicida.

Roberto Resèndiz Carmona (Zamora, Michoacan, México)

La conquista del desierto

No me gustan los secos, los hombres secos y las mujeres secas

Tan correctos y agrios, tan prolijos y ordenadores con carteles y voces que chirrían con orgullo de la conserva y el mérito.

Me dan rabia y urticaria, no los quiero cerca, no me gustan los secos.

La vida es abrazo, humedad en tanto humor y sueños colectivos.

Los secos compran autos tremendos, como penes ideales. Compran casas rubias vestidas de blanco, caracoles perfectos, sonrisas como soda.

Los secos huelen a menta rancia, a colonia, cordeles con raquetas encordadas de tripas. Sueñan con hijos en Harvard y hablan mucho.

Las secas andan orondas por los shoppings y aveces hacen regalos a la muchacha. Ellas se ponen tetas y bòtox y penas. Y las mas secas rezan ante los curas, entregan limosnas secas, corren en cintas mirando secas por la ventana, duermen temprano espalda con espalda-

Los secos poco conocen de los orgasmos, no saben donde queda la campanilla. Los secos usan azules para hacer rojos, las secas fingen, primero sacan las migajas de la mesa porque el amor requiere limpieza y orden.

Y los secos se encuentran entre secos, haciendo apología de la sequía, miran, comparan, niegan, resiente el propio amor. Sufren si un otro inunda, secan.

Seamos tsunami.

Malena Martinic Magan, Argentina

Quien paga el músculo del no mas late agitado,

el callado grito quiere salir.

Indígenas y campesinos se unen en clamor por las tumbas frescas.

La congoja abriga el descontento

el enemigo se apodera de la tierra

el inocente estira la pata como un pobre perro por nuestra querida patria.

María Clemencia Botero Yalí, Colombia

No soy New York, soy Pueblito Grande

El sur es un desierto que llora mientras canta y esa no se extingue como pájaro muerto.

Luis Cernuda, todavía queda un poco de aire para respirar tierra en donde sembrar café y algodón.

Bambucos. Cumbias y Guabinas arrullan los campos desangrados, sonatas tristes que lloran la patria. Confinadas a la sumisión de las lenguas y los cuerpos.

Escuchemos atentos al viento, hola, adiós, ¿como estas?, bella, beso, silencio, tierrita Pueblito Grande.

Hay que colocar atención, salir de las ciudades inclementes, de las soledades concurridas, de los tiempos pos-modernos.

Mirar hacia el suelo, ¿porque no olvidad el norte y pensar en el sur?

Hello, How are you?, Marketing, Wall Street; ¿De que nos sirve todo esto si el viento arrulla y habla en otro idioma?.

Sonatas tristes que arrullan la tierra, colonias saqueadas eternamente que nos extingue como pájaro muerto. Que crecen desde la tierra, donde las manos campesinas, sin militares, ni ministros, mucho menos con presidentes.

Todos esos son cuentos para tontos, la realidad es otra. El campo con olor a rosas, freijoas, café, plátanos y caña de azúcar. El riego de los arados con sangre de sus padres, sus madres y sus hijos.

Las lágrimas de una guitarra, los hombres que rinden culto al fusil. ¡Paz, paz, paz! disparan en los campos.

Bambucos, cumbias y guabinas lloran la patria boba.

Hay que escuchar atentos al viento. Silencio, silencio, hay que marchar, hay que luchar. Se llevan el aire que queda por respirar.

Andrés Borrero, Colombia, Colectivo Subliteratura.

Democracia

La democracia es guardada por hombres con armas y uniformes azules.

Las puertas del poder están siempre resguardadas por largos muros y barreras.

El pueblo es soberano pero a la distancia y tanto que uno ose querer demasiado ni demasiada democracia.

El palacio de invierno reside siempre inamovible, por tomar la libertad es una fortaleza hueca y carcomida que se deshace, reduce en polvo con la facilidad con que se rompe un papel o una constitución.

Quien la quiere abrazar, habrá que acostumbrarse a abrazar el aire

Miguel Barreto Henriques, Portugal

Gracias por leer herman@ de letras…

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