Tantas vicisitudes y peripecias gratuitas,
costosas en tiempo y tranquilidad,
dádivas no queridas, sustantivos de la inexperiencia,
las decisiones cojas y los pensamientos siniestros.
Aveces me quedo en el camino
lejos del destino que aguarda
con solo el recurso de moverme por si mismo
solo con la compañía encendida de las luces celestiales
y las pocas almas que gustan apurar acompañando mis pasos.
Llego al fin con la frente empapada,
las piernas adoloridas como seda roída
y la bitácora llena de enseñanzas.
Satisfecho del diario batallar una vez mas duermo,
con el ansia de despertar mañana.
Christian Casbaker