
Besos y caricias, sentires efímeros que si se dan para saciar un ansia egoísta, se esfuman con el viento dejando un recuerdo que duele, una conciencia partida y un vacío avergonzado.
De nada sirve los calores tras las sábanas si son rutinarios, instintivos y parcos. Son sucesos desprovistos de belleza, témpanos de hielo que son hiel en el dulce acto.
Amores fugaces que llenan precariamente el abismo de la dependencia dañina sin autoestima.
Nada son sino edifican, nada son sino dan color a los días grises, sino enaltecen, enorgullecen ni luchan por un mejor mañana a cuatro manos.
Amores fugaces que nadan entre emoticones distantes, ciberhipocresía en marañas de bits, que derrumban anhelos, sueños y la verdadera esencia del querer duradero, ese que es joven aún cuando los cuerpos envejecen.
Christian E. Castiblanco, 2020
Excelente escrito. Un placer leerte.
Saludos fraternos.
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Gracias, igual me pasaré por tu espacio.
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Genial, y la pura verdad lo que dice, saludos…
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Gracias por pasarte y leer.
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de nada broo,
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