El firmamento se deshace en infinitas lágrimas, el gigante amonado se resiste a ocultarse,
el verdor humedecido decora el paisaje.
La abuela arriando vacas ante la escena sentencia:
«Lloviendo y haciendo sol, son las gracias del señor»
Dos sucesos en un mismo cielo, dos premisas ciertas: la lluvia es al sol como el sol es a la lluvia, para que crezca cualquier cosa que tenga vida.
Christian E. Castiblanco.
