
Hombre y mujer, hombre y hombre, mujer y mujer; al fin dos seres humanos unidos en el camino por la polaridad de los opuestos. Hechos y unidos para entre tantas cosas mantener en pie una civilización sabia. No tanto «inteligente» porque miremos esa inteligencia hasta donde nos ha llevado.
Procrear, criar y educar la cimiente de futuro, un hecho tan básico que permite el fluir de la existencia de un todo conocido y palpable, como de ese algo incierto pero indispensable.

En el punto preciso de esa necesidad de estar con el otro, inmersos en una amalgama de sensaciones físicas y espirituales, se llegó al punto de la vulgaridad y la lujuria insana, no sólo hoy es un mal muy antiguo. Un acto de la poesía humana permeado por el egoísmo ninfómano por un lado y la rigidez de la moral puritana inflexible por el otro.

A lo largo de la historia en los albores de las grandes culturas aquella unión en una «sola carne», tenia su tiempo y su ceremonia. Un lapso para agotar o inhibir el instinto lansivo para armonizar un momento tan sublime que permite engendrar el alba invernal después de la sequía.

Puede sonar un poco anticuado o poético, hasta suene a utopía. Pero analizando lejos de eso tan elemental surgen es desbandada la mayoría de los males que aquejan a la humanidad, al no ver la verdadera esencia y significado del órgano sagrado de la procreación y la sana intimidad, esa que no quita sino da Alegría y provee satisfacción con la conciencia tranquila.

Es mi humilde opinión…
Christian E. Castiblanco.
Muy bello, una visión muy poética y elegante 🥰, aunque he de confesar que yo peco un poco de lujuria.
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Gracias, por pasarte. Igual si esa lujuria no hace daño es bueno sentirla, al fin y al cabo es un sentir que aunque efímero deja una profunda satisfacción.
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¡Reflexiva y profunda entrada! La sociedad se ha convertido; en un grupo de seres individualistas y egocéntricos -con las excepciones que siempre hay-, que solo viven para si mismos. No les importa el mañana, aun cuando jamas conozcan el verbo «pertenecer». Un abrazo.
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Correcto mi querido amigo Gaucho, es el sentido de pertenencia que se debe insentivar y no el de pertenecer, poseer y dominar. Gracias por pasarte 🤝👏
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