Dicen que soy un Don Juan de los versos…

Dice que soy Un Don Juan de los versos, un seductor descarado, un poeta que embelesa oídos con segundas y lansivas intenciones.

Que disfrazo en mis poemas los mismos halagos perversos de siempre y que sólo pretendo llenar el vacío de mi cama con mentiras bien dichas.

Pues hoy les digo a esos que me injurian, que no soy santo y que si, he probado las mieles amargas de la lujuria, que he fallado como ser humano.

Que antes pensaba huir del sacramento del que » hasta que la muerte los separe» y ahora en el momento indicado le daría un si a esa bella condenación.

Que le escribo versos para escuchar sus lágrimas y acariciar sus desvelos, haciéndole el amor recitandole el Nocturno de José Asunción Silva

Que la desvisto leyéndole El amor en los tiempos de Cólera de Gabo o que no hago más que acompañarle sus tristezas y comprenderle sus aquellos días, al son de una canción de Juanes

Que no espero su perfección, más bien le hago sonetos a sus defectos que le decoran tímidamente. Metáforas y símiles son mis perversiones.

Mi mayor y siniestra fantasía es poder envejecer con ella, lidiandonos los achaques, saboreando nuestros gustos y disgustos, engendrando una generación, de poetas? , quién sabe, pero si de escollos útiles.

Si esto es seducción descarada… Entonces me declaro un Don Juan de los versos, un poeta seductor empedernido que vive contándo poesía para deshilachar tristezas y darle sabor a la vida de aquella que ose caer en mi red lírica de por vida.

Atentamente,

El Don Juan de los versos.