Tatik Carrión desde Colombia, desata en el viento un vuelo poético de tiernas nostalgias, una alegoría a la tragedia de la lucha contra la corriente, alas infinitas que dejaron rastro en el aire de los días. Un paraíso de versos donde danzan mujeres deshojadas y melancólicas que se levantan a pesar de las heridas. Un triste cotidiano que se desvanece en sus versos emplumados…
Bienvenid@s al diario de Tatik
Incendio de Mayo
Desde la ventana,
la fugaz mirada de mi hermano,
advierte las llamas tibias del atardecer.
Contemplo el pájaro esquivo,
el árbol que se mece con el viento y mi corazón,
incendio de mayo late entre las ramas.

El amor
Nadie puede lanzarles,
ni la primera ni la última piedra;
solo ellos,
los ausentes compañeros
saben que hablo
en el idioma de los pájaros.
Siguen juntos
pero ninguno ha regresado
desde que se fue,
perdidos se siguen encontrando
en los libros que comparten,
en la cama que ya no les pertenece.
Se anochecen,
se suceden,
se escriben sin correspondencia.
Lo único que los junta es el tiempo en que fueron otros,
y el plazo aplazable
de las esperanzas muertas.
Ambos fueron delirio,
aves en contracorriente,
voces de su propio sueño,
fueron condenas dulces y,
piel sobre papel.
Nadie puede lanzarles la primera piedra ni la última,
porque la edificación de su amor,
siempre estuvo en el aire.

Extravío
Arrojo palabras al cielo que se vuelven pájaros.
Presagio colores
y ellos,
se tiñen de amaneceres
y tormentas.
En el paraíso de mis memorias
posándose sobre las breves angustias
de este territorio olvidado;
viajan hacia otras orillas
donde la herrumbre no sabe a pérdida.
Proclamo palabras en las tristes horas de este rostro,
ave que recorre los cielos
en busca
de mi extraviado canto.

Tiempo
La mujer fue cayendo como un atardecer.
Lentamente,
los pájaros alzaron el vuelo.
Caer después del beso, de la espera y la distancia,
volverse ocre, gris
y después silencio.
Los pájaros en sus cantos
convocan la llovizna.
La mujer cayendo ya no piensa en el regreso
ni en la cruel sentencia del tiempo.

Domingos
El domingo pasa lento y despiadado,
cantando tristezas,
llevando y trayendo silencios.
Frío y sin lluvia
gris distante,
solitario para quienes siempre hemos sabido abrazar ausencias.
Se impone sutilmente
con los gritos de los niños que juegan en la calle,
con las horas de rostros repetidos.
Empieza a morir la tarde
y las nubes cubren la desnudez del cielo.
Así son los ocasos de este cuerpo
que se extiende y se olvida de sí mismo.
Este domingo duele y ya vienen los otros domingos,
se anuncian
en mi tierra baldía.

Tatik Carrión
Edición y recopilación: Christian E. Castiblanco
Hermoso muy hermoso
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Gracias por leernos, es un honor tenerte por aquí.🌹
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Gracias,es un placer conocer un escritor como usted.
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Gracias, no soy aún escritor. Pero hay vamos dibujando el mundo con letras…
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Yo soy aspirante,desde adolescente me gusta escribir ,me gustan los libros a los 5 años devoraba cualquier libro que estuviera cerca de mi.Publicaré mi libro en su momento
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Que gusto saber eso. La lectura nos hace libres y humildes.
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Me gusta mucho el ultimo poema ” Domingos”
Que talento tienes para contar tan cosas bonitas
Corinne
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Gracias querida Corinne, se lo haré saber a la autora. Un gusto que nos leas.
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