Satanás arrepentido, la melancolía del caído IV

Y por primera vez anhelo ver la luz del día, una fuerza indomable le hizo querer salir de aquella guarida en algún lugar de los Andes. Y como quien naciera de nuevo paso a paso fue hacia la luz al final del túnel rocoso.

Descubrió al final un resplandor que casi le deja ciego, al aclararse la ceguera temporal se desvistió ante él un altiplano cundido de frondosas araucarias, acacias y pinos. Tanta belleza junta le hicieron desvanecerse, de rodillas y con la pesadez de su orgullo herido sus deshilachadas alas se esfumaron en un millar de mariposas amarillas que invadieron el azul del cielo con rumbo hacia Macondo, quizás.

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Un profundo sueño le venció sin misericordia y en el lecho de margaritas florecidas durmió para empezar a delirar en sueños: Volando como en los tiempos de antaño, surcó una manta espesa de nubes luminosas. Apareció de repente parado sobre un balcón adornado de bugambilias en una gran Catedral Barroca, divisaba desde allí una plaza coloreada de jardines y árboles centenarios, rodeada de casas con tejas de barro y en su centro la estatua de un hombre delgado sobre un caballo que alguna vez le pareció ver vivo.

Enrique Madrid

Pero la escena apacible no contrastaba con la súbita alineación de unas tropas que por doquier llegaban a formar, soldados con armaduras negras y caras siniestras que se apostaban en cada rincón del contorno de la plaza. Pero a pesar de eso y para su asombro la gente parecía no importarle la obvia amenaza, como si estuvieran en una función teatral seguian al pie de la letra su guíon.

De repente su mente empezó a parlotear: Sobre las ruinas de sus antiguos alumnos se ha de levantar «El Reino» entre los retoños nacientes del Edén que siempre estuvo a la espera de que la rebeldía vigilada desde lo alto cayera por su propio peso, dejando retazos de paradójicas lecciones, revelando lo irreal de aquel infierno que quiso ser cierto y lo absurdo de querer ser Todopoderoso, sin merecerlo.

Imagen:J Connor

5 comentarios en “Satanás arrepentido, la melancolía del caído IV

  1. Beautiful. Daily we see examples of the “ … absurdity of wanting to be Almighty, without deserving it.” It is a big task that ironically requires us to rise high above the mundane and the petty nuisances of trying to control physical matters.

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