Sonríe desde las tinieblas el hermano perdido, susurrando iniquidad a los oídos distraídos.
Aquel él de ojos entristecidos contempla la maldad sin tregua, aún así llora por misericordia.
Dá la mano sin mirar a quien, cura a los perversos y le habla a la multitud muda inconsciente…
Sembró y se alzaron templos torcidos, decorados de ídolos inertes que reemplazaron la creencia inequívoca.
Rebaños de a mil le adoran como deidad, más él solo quiere amigos, hermanos y no esclavos…
Su misión no fue fundar religiones ni alzar templos ostentosos, solo quería enseñar a amar los unos a los otros.
Mírate al espejo y lo verás, habita en lo simple, en lo desapercibido…en las buenas obras desinteresadas.
Solo se le debe recordar tratando de imitar su enseñanza bondadosa tan vigente a pesar del par de milenios deshechos en el tiempo.
Él solo quiere amigos no esclavos…
Christian E. Castiblanco, Colombia
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Efectivamente, lo único que buscó son amig@s, no esclav@s.
Mas, con ese sencillo razonamiento, basta para conocer toda religión ilegítima; pues, en todo momento, dijo con claridad: «no quiero templo alguno hecho por el hombre, vosotr@s sois el templo»
Saludos.
Niklauss.
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Nada mas claro, es un placer que el mensaje te halla llegado tan claramente. Un abrazo y nos leemos.
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Escribes claro y diáfano: ¡es fácil entender!; quien no entienda es que no quiere entender. 😉.
Saludos.
Niklauss.
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Gracias, que gusto que nos acompañes con tu sincera lectura.
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