Retorna la maestría de los versos de la colombiana Luz Mary Pineda, que definitivamente nos transporta a un multiverso de sentimientos y saberes añejos por las experiencias de los años. Traen profundas reflexiones y sinsabores que dejan lecciones.
Bienvenid@s
EL CAOS
Sus pasos suenan a estampida de cristales.
Mira a veces con ojos de licor o desvelo.
Se hunde junto al delirio.
Se atrapa en la ceguera.
No me importa que aúlle entre las esquinas,
ni que todos los sentidos mueran como ecos.
¡Olvido todo! De todas maneras arropo la alcoba con viejos olores y apago el mundo por un instante.

FLORECE EL ABANDONO
Desde este sillón que me abraza se respira la desolación.
Asoman imágenes en la piel y el mundo llora a la intemperie.
Es desierto cada canto. Mis ojos como turbios ríos de humo mueren en cada hoja del Amazonas.
Pudiera huir cascada abajo con un lazo abrazar sus aguas para que cubran la desnudez del fuego.
Pudiera detener la sed en cada puñado de tierra, no ver llamas alimentando discursos, ni ciervos entre cenizas.
Aquí arden mis ojos. La selva corre sin el paraíso, retoñan semillas pero las ruinas nos habitan.
Somos cerillas.

EN TINIEBLAS
Dudo de los ciegos que viajan sobre rayos sin luz y encuentran su reflejo en la lluvia.
Dudo de la llave que cierra la voz del cielo y amanece cargada con espantos.
Dudo del mar ausente que latíga el cuerpo de los migrantes con vientos de esperanza.
Del ciego la llave la esperanza, dudo.

DESTINO DE LOS FRUTOS
A Luiggi las tormentas no lo asustan.
Huye con todos los juguetes, preguntándose por qué no hablan los bebés.
Recojo sus dedos que han tocado la luna y los guardo en mis futuras canas.
Asoman los versos enredados en su pelo mientras el zaguán anda en soledad.
La tristeza única inquilina de la casa va cerrando ventanas.
Pasa el día, los viajes se aplazan, Luiggi aplaude para despertar a los sueños.
¡Rasguña el silencio a la indiferencia!
El tiempo se ha perdido entre lágrimas desperdigadas junto a la escalera.
Voy a volar en contraposición de la tierra para detener la magia perdida en mi infancia.

SORTILEGIO
He dormido como cigarra
escondida entre el diluvio
de aullidos urbanos.
Despierto sin mirada,
con todos los dioses habitando silencios.
Ellos son duda del mundo,
secreto para los esclavos,
la trampa del aguacero,
llagas que florecen
En los arrullos del sueño.
este rostro que muere cada noche
comprende la leyenda: los ojos
son ángeles que juegan al azar.

Luz Mary Pineda, Colombia
Edición y recopilación: Christian. E Castiblanco
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Extraordinaria poesía
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Gracias por tu visita.
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