Crónica de la locura

Un desvío a la realidad impuesta, fue lo que ella optó por escoger tras darse cuenta que la vida no era fácil y que los anhelos propios dependen de una voluntad inentendible que dicta lo que puede y lo que no puede ser en un tiempo preciso.

Contaba los pasos del tic tac infinito, construyendo castillos en el aire de su ansiedad, queriendo ser y no ser en la nebulosa de psicóticos impulsos…soñaba en su locura, ser cuerda. Pocos entendían su universo de desvaríos y aciertos, ella solo lograba entender el idioma palpitante del bosque en el cual se perdía como Dios la trajo al mundo.

Olía el aliento maderoso de las acacias y el soplo mentolado de los eucaliptos, decía que eran el perfume de su mamá Tierra, susurraba al son de los trinares componiendo una melodía aurea de encantos misteriosos…se bañaba en tierra, comía moras y curubas silvestres, decía que eran el elíxir de la vida feliz…

Abrazaba los saucos decorados de tilos morados y mantas blancas de florecillas, besaba el tronco de las sauces y arrancaba suculentas y flores para su huerto paradisíaco, se le veía suspirar alzando los brazos cuando la lluvia caía como si el cielo estuviera llorando…era una fiesta por su sensata locura que a los ojos de los demás era una herejía a la insípida normalidad...

Vencedora al fin, le ganó el juego a la calavera de ropajes oscuros…embriagada de químicos brebajes viajaba en nubes de sueños en ruinas, lejos de aquellas cuatro paredes dónde reposaba su cuerpo agobiado. Su alma triunfó porque le germinaron manos emplumadas… su espíritu quedó plantado en la humanidad de sus retoños…aún espera que el milagro de la sensatez toque a su puerta.