Peinada ensayística. El gran reinicio

El 19 de junio Colombia eligió a su presidente  y por primera vez en su historia republicana llega a la casa de Nariño un político de la llamada izquierda o progresismo, el economista Gustavo Petro Urrego. Lo acompañará también como su fórmula vicepresidencial una mujer afrodescendiente, de orígenes humildes, líder social, abogada y ambientalista Francia Márquez Mina. ¿Pero que significa este suceso trascendental para Colombia?

Indudablemente es una transición de poder que va en contravía con lo que siempre estaba establecido, la alternancia de jefes de estado de partidos tradicionales con tendencia derechista y conservadora que venían velando por los intereses de las grandes élites políticas y económicas, permitiendo con eso ahondar más las problemáticas de la mayor parte de la población, que veían sus oportunidades limitadas en cuanto al acceso a los derechos básicos que el Estado debería garantizar a la población: Educación, Salud, Vivienda, Seguridad alimentaria y Trabajo digno.

Al parecer ya se superó esa disputa bipartidista que tanto daño le hizo el país a lo largo de su historia republicana, se denota en la postura del nuevo presidente que está abierto al diálogo y al consenso de todas las fuerzas políticas para entablar un gran Acuerdo Nacional, sobre lo fundamental. El cambio anhelado por la mayor parte de la población es un proyecto que seguramente tendrá varios traspiés, pues toca varios intereses de los privados y de la política tradicional. El socialdemócrata Petro llega etiquetado por su pasado de militante del movimiento guerrillero M19, su férrea oposición a los gobiernos en los que estuvo como parlamentario y el dolor de cabeza de los corruptos pues a lo largo de su quehacer político destapó el escándalo de la Parapolitica entre otros que ha permitido enviar a la cárcel a innumerables funcionarios públicos de distinta índole.

Cómo Ciudadanos con pensamiento critico sabemos que no será tarea fácil que el progresismo pueda impulsar la materialización de todas las propuestas que inspiraron a más de 11 millones de colombianos a elegir esa fuerza política que casi siempre fue minoría y había Sido reprimida hasta ahora. El establecimiento aprendió a no hacer tanto ruido y usar la sutileza como la desfiguración de los conceptos para convencer bajo sus posturas. Las noticias falsas y el uso de recursos detractores a veces fuera de la legalidad serán sus armas más eficaces en un país que aún no tiene una educación que permita una participación ciudadana objetiva y pragmática.

Lo importante es acompañar está oportunidad de cambio desde cada una de nuestras posibilidades, porque la construcción de país se hace entre todos sus habitantes y gobernantes. Un trabajo conjunto que busque el bienestar del otro, impulsar y apoyar iniciativas que permitan superar la profunda desigualdad social e ideológica en la que está sumida Colombia, por medio del entendimiento, el diálogo y la búsqueda de coincidir sobre lo fundamental, para superar brechas y sectarismos. Consolidar una nación dónde el progreso sea la constante dentro de los parámetros de un beneficio mutuo en base a un capitalismo sostenible y así poder impulsar de nuevo la interacción equilibrada con el medio ambiente, cuidando a sus especies e impulsar la recuperación de los ecosistemas, empezando a pensar en una economía saludable; en definitiva como dice la nueva vicepresidenta de los colombianos: ¡Vivir sabroso!

Christian E Castiblanco

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