Christian E Castilblanco.

Llegaste a mi encuentro como un ave sin pasos, desplegamos nuestras alas y aferrados a los cuerpos alzamos vuelo… con el miedo latente de caer le dimos la mano al cielo.
Volamos acariciando el viento, mirando tus grandes luceros que brillaban al ver la inmensidad de los pasos andados en este viaje sin tiempo. Verdes mantos e inmensas llanuras, vastas moles de cemento y ríos turbios de tristeza…contraste tras contraste , belleza y fealdad, tomado de tus alas íbamos viendo la irónica escena de la naturaleza humana.
El silencio de la indignación fue sellado por un beso, una promesa improbable y el regreso a nuestro paraíso. Desperté aún con el perfume del viento, el sabor de tus besos y tu mirada diciéndome tanto sin lograr entenderlo…

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