Se deshacen los buses al llegar a las estaciones en almas apuradas que como los frutos del diente de león, salen por doquier con el afán a cuestas; una multicolor humanidad que decora las frías calles con sus pasos, con su millar de atuendos, con sus cientos de miradas vestidas de anhelos.

Los muros mudos hablan con formas y colores, para no ser callados por el ruido del gentío, los motores y las aves de acero. En su colorido idioma pintan rebeldía y descontento, amor por el arte y la rudeza de la calle…son el libro abierto de la ciudad marginada.

Contraste tras contraste, belleza y fealdad en las tablas de un solo escenario. Elegantes moles escondiendo tras su sombra tristes suburbios, calles impecables dando antesala a los sembradíos de basura. El de cuello blanco esquivando en el rumbo al despojado…un hilo casi imperceptible entre la vida y la muerte…un pintoresco cuadro: La belleza del caos.

Christian E Castilblanco, Retratos Cotidianos.
el caos…esa oculta armonía que no sabemos mirar….besos al vacío desde el vacío
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… y que se manifiesta a los que saben ver. Gracias por leernos.
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