Poesía y resistencia, lecciones de guerra

LECCIÓN FINITA

De la guerra se aprende el dolor del polvorín
El humo calcinado, arrodillado
la resta del color y los versos bélicos.
Una guerra suelta es una cosa inresuelta
Un punto y coma desnudo, sin oxigeno
Trae la soledad de la soledad,
Es un cordero sin Dios ni ley, una sola pieza.
Una sonata vagabunda, inerte.
De la guerra se aprende y se desprende
la Multiplicación de la voz, el silencio de cenizas
Después
lo humano se libera, se encanta
el hombre se descodifica
Planea su horizonte de púrpura
Caminando su mirada vertical.
De la guerra se aprende lo vacío de la guerra.

Clímaco M. Flórez Garrido

Jesús Abad Colorado. Paramilitar de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU).

ASI DESTRUYERON MI NIÑEZ

Así robó mi niñez la violencia, opaco mis sueños borrando mis letras. Alejando de mi niñez los cuadernos y pupitres destruyendo sueños, y volviéndolos una pesadilla.

Sin derecho a opinar o retroceder viviendo en las tinieblas sometidos a las reglas de un yugo. que arrasó con nuestros sueños al cruzar con embustes con engaño y sin conciencia estallando gritos de oprobios. Impidiéndonos crecer condenándoles al sufrimiento y pagando con la muerte un alto precio.

Ansiando el apoyo y las caricias de mis padres. marchitando el alma y también el corazón sin derecho a ser feliz viviendo bajo el manto oscuro del silencio y landó acosos sin poderlo remediar…

Gloria Inés Acevedo

NOS MATARON AL SOLDADO

Fue una noche oscura de un día que no quiero recordar, de un mes que se me olvidó y de un año que se perdió; mientras hacía la guardia en su puesto de centinela.

Sonó un disparo seco que vino de muy lejos, una llama centelleó el aire cortado con un cuchillo de muerte que cruzó raudo el espacio, sin apenas dar tiempo de nada.

Se desplomó de un solo golpe cayendo de espalda al piso mientras su rostro y cerebro eran un solo amasijo de sangre y muerte feroz junto al cráneo vacío.

Nos mataron un soldado, y vi a mi lanza en suelo tendido cuan largo era, murió en posición de firmes y junto a su cuerpo tendido como testigo inerte el fiel Galil SR-71.

Mi cabo en acto de rabia hizo cuatro disparos al aire más por despedir al difunto, que por hacer blanco seguro en el cobarde que huía luego de haber matado a mansalva a una esperanza de vida.

Mi sargento apretó los puños y los labios en un gesto de ira contenida, aunque no pudo contener las dos gruesas lágrimas que rodaban por sus mejillas de ébano duro.

Ay, callo la selva, los sapos en sus charcos hicieron silencio de miedo, las alimañas nocturnas callaron en su murmullo, mientras el viento corría en un helado silencio.

Un cortejo avanza, cuatro soldados portan el féretro cubierto con la bandera, más atrás mi sargento consuela a la dolorida madre que ve partir su esperanza en un cajón de caoba.

Pablo Emilio Beltrán, Dos Aves

Jesús Abad Colorado, desembarco 1999

¿CON QUÉ DERECHO QUITAN VIDAS?

La lucha corrompida engendro tentáculos indecibles, hambre serpenteante de poder…como colosos sin tregua iban tragando tierras y vidas.

En ello la simpleza quiso alzar su voz desde el ahogo del miedo, por ello los callaron quitándoles su libertad, pisoteando su dignidad…despojando a los desposeídos.

Su causa se volvió tiranía y su sustento corrupción, aliados con las minorías acaudaladas coronados del oscuro poder, usurparon a los de a pie la parcela dónde cosechaban la esperanza de vivir sin hambre.

Sin más como déspotas dioses disponían de la vida ajena, ¿con que derecho?… derecho que existía solo en sus mentes enfermas de codicia. Moldean los días de una guerra absurda que solo dejó vidas inconclusas, la justicia ultrajada y la memoria de los caídos en el limbo.

Christopher Cástibar

Masacre, Fernando Botero

LA TORMENTA QUE NUNCA VINO

Como pendeja miraba los horrores de la guerra,

en el artefacto inanimado que paria imágenes superfluas

mientras tanto nadaba en momentos cotidianos;

sin saber que mientras hoy aquí tranquila miraba Tv,

a unos kilómetros niños eran inmolados.

Odio y palabras putrefactas,

cundían el aire, tras las noticias.

Aquella tempestad, de que todos hablaban,

nunca llegó con sus aires oliendo a plomo y carne quemada,

ni con los truenos de los cilindros bomba,

ni los vendavales de desolación tras la masacre.

Me enseñaron a odiar a los rebeldes,

sin saber de sus causas.

La tempestad que traían no solo era de su autoría,

en su voz macabra también había susurros del estado,

de despiadados capitalistas e intereses malsanos de los poderosos.

Y esa tormenta que nunca vino, quedó impresa en letras de sangre…

en las páginas de historia que viste a la Colombia y que todos sin remedio mantenemos en nuestra efímera memoria.

Getsaí Salvatierra

Figuras de las víctimas, Comuna 13 Medellín, 2015. Jesús Abad Colorado.

11 comentarios en “Poesía y resistencia, lecciones de guerra

  1. POESÍA DEL CONFLICTO
    XXIX

    Las calles escurrían sus pestañas y lágrimas
    al sonido de la bocina y la voz del capitán
    oficiando la evacuación de la tierra,
    el sueño herido,
    devastado de angustias y llantos.
    Era la paz derrotada,
    el escozor de la sangre,
    el disgusto del alma,
    el dolor de la cosecha y la casa,
    el zumbido de los halcones
    destilando miserias en la calle.
    Eran las letras de Gabo en Cuindecito
    describiendo el horror,
    la censura de la palabra y la muerte.

    EDISON PERALTA GONZÁLEZ
    MANIZALES.

    Le gusta a 1 persona

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s