Poesía y resistencia, Voces del conflicto

POESÍA DEL CONFLICTO


XXIX
Las calles escurrían sus pestañas y lágrimas
al sonido de la bocina y la voz del capitán
oficiando la evacuación de la tierra,
el sueño herido,
devastado de angustias y llantos.
Era la paz derrotada,
el escozor de la sangre,
el disgusto del alma,
el dolor de la cosecha y la casa,
el zumbido de los halcones
destilando miserias en la calle.
Eran las letras de Gabo en Cuindecito
describiendo el horror,
la censura de la palabra y la muerte.


Edison Peralta González

MEMORIAS DEL OLVIDO

Mi peor pesadilla está aún ahí tan intacta

como esas cadenas, que nos ataban como si fuéramos bestias.

Ahora entiendo aquellas aves, que les cortan las alas para que no puedan volar o les hacen lo mismo que a mi, las enjaulan sin misericordia. Lo único que sirve en una maldita jaula en medio de la selva fría y oscura, es la fe en Dios.

Quisiera pensar que esto fuera una pesadilla de la cual podría despertar con el corazón acelerado, anhelando estar en el silencio de mi habitación y en la tranquilidad de mi hogar.

Pero en cambio el frío agreste de la madrugada, en medio de la nada no me deja dormir, congelando mi ser y provocando que el cuerpo tiemble inconscientemente.

Esperando que pasen las horas que parecen siglos…

ahogándome en el abismo de una cruda realidad, sintiéndome perdida en la imponente oscuridad en la cual no brilla ni una diminuta estrella, escuchando el ruido del viento cuando golpea los árboles, mientras el temor de la incertidumbre hace tiritar mi cuerpo, carcomiendo mis pensamientos, haciéndome preguntas que aún no tienen sus propias respuestas.

No sé si es el frío de la madrugada o la incertidumbre las que en verdad me hacen perder el control de mi cuerpo con ese leve movimiento, solo se que estoy viva aún, pero con un dilema que se ha vuelto mi compañero de cautiverio junto con el miedo.

¿Volveré a ser libre? o ¿estaré condenada a esta tortura?

No sé cuanto tiempo mas duraré conservando el tesoro tan preciado que Dios me ha dado, LA VIDA.

Guardo la esperanza de que aún se acuerden que estoy aquí y que merezco vivir.

La madrugada se hace eterna, no se que día será mañana, ni que hora es. Siento que llevo una eternidad aquí en el olvido, Dios debe estar cansado de mis súplicas, debo tener los ojos hinchados de tanto llorar, el cuerpo desgastado y mi mente rallando en la demencia.

Siento que la mirada ya no tiene brillo, mi ceño permanece fruncido pero mi alma rota, mi voz en silencio, pero mi cabeza quiere estallar de tanto gritar. Tengo un gran nudo en la garganta que casi no me deja respirar ni pronunciar palabra, a pesar de todo tengo la esperanza intacta de ver el sol y sentir que de pronto regresaré al lugar donde debo estar, no quiero tirar mis sueños por la borda aunque a veces sienta que de pronto llegará mi fin.

Como siempre tengo fé, en que esta madrugada será distinta y que pronto podría sentirme libre y volar alto, por lo pronto sigo aquí encerrada y muerta en vida.

Jade

Caracol.com

POST MORTEM

¿A dónde voy?, A un funeral, ¿de quién?

quien se atrevió a dejar el insolente terruño, una víctima, ¿Cuál?

Esa pequeña, indolente y cruel Colombia

que se alberga bajo socavones azotados

por bacanales de los unos y otros.

Cachiporros y Godos ente otros comparten curules y quórum definiendo presupuestos morales.

¿Cuáles?, aquellos que desangran cuenta gota el corazón moribundo del territorio.

¡Justo!, silencio, caminemos, agache la memoria, haga como que no le importara,

ellos, ¿quiénes?, están ahí los saqueadores, jaque a los que engañan colocando con fachada en inspiración administrativa.

Luego con distracción enjuagan almas con asesores espirituales.

No hay reparo, no existe la tal ética.

Hasta Dios se pronuncia con ciencia en reflexión moratoria.

Tan solo marque ahí, con una x a su próximo enterrador.

Clarita Sierra

El tiempo.com

SOY UN GUERRILLERO DE LAS LETRAS

«El terrorista más temido por el sistema,
es aquel que lo destruye desde adentro«

Soy un guerrillero, sí, un guerrero.
Huelo a libros guardados,
a palabras escritas,
a mundos idealizados.

Soy un escritor, sí, un ser pensador.
Empuño mi fusil
y disparo mis balas de tinta
a blancos de blancas hojas.

Soy un guerrillero, todo un bandido con el lapicero.
Planto ideas-bomba en las mentes,
para que estallen
cuando se pasan por el subconsciente.

Soy un guerrillero de las letras,
que secuestra palabras
con personalidad de protesta.

Soy un guerrillero, por pensar diferente.
Soy aquel que dispara, cuando usa la mente.
Soy el que asesina, sin nitroglicerina.
Soy una epidemia, que descontamina.

Omar David Herrera

S O B R E V I V I R …

“Quiero someterme sólo al viento
meterlo en mis adentros
hacerme una con la luna…
Invadirme de canciones
lamer las nubes
sin temer a mis verdugos…
Me han despojado la palabra
el aliento
el respiro
la luz de mi mirada
la libertad de idealizarme …
Deseo un verso de comienzos
fotografiar el alma del océano
caminar en el filo de una roca…
Guardo esperanzas
como espectros sometidos
a los rayos del misterio
sufro el dolor de otros
sometidos a la escoria
que horrorizó sus vidas…
El mundo son cenizas
nada hay para los que nada tienen
proclamo la victoria
del que vive en desconsuelo…
No le temo a la prolífica muerte
aquellos que habitaron
en los sueños de otros
han desaparecido
como hojas secas
detenidas en el tiempo…”


Vilma S. Castillo M.
Ave Violeta

El Cronista.com

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