La luz que al comienzo pareció iluminarle su tiniebla vergüenza, reapareció menos tímida más visible con un coro que le retumbó los oídos de la mente: Aclamad canción con pandero, lira y trompeta en el día de vuestra fiesta solemne. Ordenanza y Estatuto de Dios constituyó en la Tierra. Se oyó en un lenguaje inentendible... … Continúa leyendo Satanás arrepentido, la melancolía del caído III