Las tres décadas

El viento trae el perfume de la húmeda agonía del cielo rompiéndose en lluvia,
en la compañía de la mismísima inocencia de amor mudo,
las notificaciones trinan como ruiseñores lejanos trayéndome voces familiares.
Las hojas del sauce lloran, las montañas lejanas se reverdecen con una sutil pincelada del sol y mi corazón late ante los abrazos distantes, invisibles.
Las tres décadas se asoman inesperadas y susurran remembranzas de lo logrado…
sueños fallidos y cicatrices, tormentas inmisericordes que llegaron por autoría propia.
La tierra huele a piedra bañada y las golondrinas danzan al son de las lágrimas celestiales…
hago el conteo de sueños cumplidos y ninguno parece aún asomarse tangible,
quizás el único que tengo es ser parte de la realización de los ajenos,
me hace feliz la sonrisa del otro, tal cual como el árbol al cual le arrancan sus frutos para saciar el hambre,
así mismo vivo, sirviendo…
andando el camino parece que en ocasiones no tuviera rumbo,
aún así con infante emoción guardo lo bello que encuentro y aprendo de lo que me hace tropezar…
ojalá viva más para tributar la oportunidad de ser y seguir en este tren que avanza acompañado de bellos, paradójicos y duales universos…y al fin edificar una huella.

Christian E. Castiblanco, Mi regalo poético.

20 comentarios en “Las tres décadas

  1. ¡Brillante y madura entrada! Es que henos nacido para servir, y ello nos hace perdurablemente eternos en el alma de los otros. Relájate que a estos 30, seguirán interminables otros mejores en el infinito que se desconoce, pero que sí existe. Un abrazo.

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