La desesperanza la venden por doquier, baila desprevenida entre los anuncios que contaminan la vista con sus atuendos de neón incandescente.
La falsa felicidad es servida en bandeja de plata como una utopía que se puede comprar con tiempo de vida, como si sus compradores no fueran a morir nunca.
Masas humanas como racimos interminables de flores, cunden la tierra más allá del horizonte. Siendo iguales son diversas, pero unas creyeron que su hermosura tenía que estar por encima del resto… y ahí nació la gran contradicción.
Los afortunados, déspotas y codiciosos arrancan de la tierra lo que debería ser para todos, construyen sus ciudades que se extienden como cáncer, deshaciendo la verde morada.
Siembran incertidumbre, desasosiego y desesperanza, recogen odios y discordias. Los desposeídos claman justicia, anhelan reconciliar la especie, más unos cuantos anhelan que alguien…oprima el botón…
Christian E Castilblanco, Muerte al silencio

👌👏👏👏👏
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